Por Nicolás Heredia – Ecos de Punilla

La Falda sería una muestra más de ello.

Los tiempos se aceleran hacia el 14 de marzo, fecha designada para la elección de autoridades partidarias de la Unión Cívica Radical, el 8 de febrero cierra la presentación de alianzas y al día siguiente el de listas. En Punilla bregan por la unidad e incluso hicieron un comunicado en tal sentido, pero a nivel provincial los dirigentes aunque dicen hacer ingentes esfuerzos por conseguirla, sus acciones van en sentido contrario. Tampoco puede dejarse de lado un doble discurso, ya que hay firmantes de ese documento que, en privado, critican a los sectores en pugna y los califican con fuertes epítetos. Quizás, a nivel departamental se consiga una lista consensuada, en algunos circuitos el tema aún no está garantizado, caso concreto, La Falda donde el ex Intendente Eduardo Arduh mantiene su intención de conducir el comité, en tanto el oficialismo partidario propone a Eduardo Ponte.

Los tiempos comienzan a ser acuciantes en lo que respecta a la elección para autoridades partidarias de la Unión Cívica Radical Córdoba, ya que el cierre de la presentación de alianzas opera el 8 de febrero y la presentación de listas al día siguiente, y cuando las expresiones vertidas desde las dos corrientes mayoritarias, la Convergencia, liderada por Mario Negri y Ramón Mestre, y Sumar, encabezado por Rodrigo de Loredo y Orlando Arduh, estuvieron, en los últimos días, dirigidas a mantener la imposibilidad de arribar a acuerdos.

Ínterin, desde el Comité Departamental Punilla, se dio a conocer un comunicado, bajo el título “EL UNICO CAMINO POSIBLE ES LA UNIDAD” que sostiene que “La Unión Cívica Radical de Punilla, ve necesario expresarse ante el inminente proceso electoral interno convocado por las autoridades partidarias, entendiendo que la difícil hora que atravesamos exige de nosotros el mayor esfuerzo para superar cualquier confrontación innecesaria de la cual lo único que puede resultar es mayor división y menores posibilidades de convertirnos en la alternativa que muchos cordobeses esperan de nosotros.

Tenemos que animarnos a construir un partido moderno para lo cual es vital que trabajemos en unificar criterios, para ello debemos enfocarnos en el desarrollo de ejes puntuales que nos permitan reconvertir nuestras estructuras partidarias, dotándolas de un dinamismo que nos facilite una comunicación más fluida con la sociedad, lo que nos permitirá impulsar una agenda pública que sea de interés para el conjunto de la provincia.

Convocamos desde Punilla a la generosidad de nuestros dirigentes, es momento de relegar los intereses particulares en aras de beneficiar el interés colectivo, entender que lo prioritario es la construcción de una propuesta participativa sin exclusiones que nos abarque a todos y no la puja por  los espacio en las futuras listas.

Si el radicalismo no trabaja en conjunto en su revalorización, si no le devolvemos su protagonismo, los espacios indefectiblemente se irán reduciendo y ni siquiera contaremos con la autonomía suficiente para resolver en base al mérito quienes deberán ocuparlos.-

Necesitamos una conducción partidaria plural, comprometida y sin compromisos con el poder de turno, que pueda fijar posiciones con firmeza y que no dude en cuestionar lo que a Córdoba no le beneficia.

Necesitamos un Partido que encabece la oposición pero también que revitalice la militancia asegurando la presencia protagónica del radicalismo en cada rincón de la Córdoba, procurando la constitución de todos y cada uno de los más de cuatrocientos circuitos de la Provincia.

Debemos fortalecer los lazos con los miles de dirigentes sociales de extracción radical que en toda la provincia participan de las organizaciones que fortalecen la institucionalidad que nos caracterizan, necesitamos de cada uno de ellos para la gran tarea que debemos comenzar.

El Radicalismo de Punilla cree fervientemente en la renovación, pero para ello no basta con el recambio generacional o la incorporación de nuevas caras, la verdadera renovación la lograremos modificando actitudes, modernizando las estructuras, promocionando nuestras acciones, visibilizando a nuestro especialistas en las diferentes áreas de interés  y alentando la participación de todos, lo contrario será un mero cambio de gerentes con los mismos métodos, las mismas formas y sus consiguientes mediocres resultados.

Hace algunos días recordamos un nuevo aniversario del fallecimiento de don Arturo, no sirve  recordarlo solo con nostalgia, hagámoslo haciendo lo que él hubiese esperado de quienes continuamos el camino que nos ha abierto.

El Radicalismo de Punilla, que al igual que el de muchos otros lados reclama la Unidad y exige superar las confrontaciones inútiles, tenemos un gran trabajo por delante al que solo lo podemos hacer juntos”.

Los anhelos de los dirigentes de Punilla parecen haber caído en saco roto, porque horas después de darse a conocer el comunicado, Sumar, la alianza que integran Marea, Línea Córdoba, los ex mestristas de Consenso y otros dirigentes del interior provincial presentó, en forma pública, a De Loredo como candidato a presidir el Comité Provincia acompañado por Verónica Gazzoni como vicepresidenta, en tanto Javier Bee Sellares sería el candidato a conducir el partido en la ciudad de Córdoba.

Por su parte, los núcleos Convergencia, Morena, Identidad y Asamblea representados por Ramón Mestre, Mario Negri, Dante Rossi y Sergio Piguillem, no dieron a conocer postulaciones, pero desde el seno de esa agrupación se dio a conocer que momentáneamente las conversaciones de unidad están paralizadas y salieron a criticar lo que consideraron un “apresuramiento” de De Loredo, sin desestimar que se preparan para la competencia.

Lo cierto, es que desde los dos sectores las críticas son altisonantes, unas dirigidas a sostener que lo que buscan Negri y Mestre es solo mantener sus espacios en las futuras listas de senadores y diputados, olvidándose que fueron parte del debilitamiento del radicalismo en las últimas elecciones para gobernador e intendente capitalino al ir con listas separadas “una derrota histórica” afirman, y las otras, a manifestar que De Loredo no dio la estatura como candidato, perfomance en la que apenas obtuvo un 17% de los sufragios emitidos a su favor, que carece de las virtudes que requiere un conductor y que no entiende el momento político en el que se trata de “unidad o nueva derrota”.

Así las cosas, no hay que dejar de lado, al tercer núcleo en cuestión, Córdoba con Todos, que es el que postula a Juan Carlos Gait como presidente partidario, que en el programa Tal Cual de la televisión local, definió que “aspiro a ser el presidente del consenso, con el objetivo de trabajar por la unidad y de poner al radicalismo como columna vertebral del cordobesísmo que gobernará después de la pandemia de Hacemos por Córdoba… No hay que confundir consenso con unidad. El consenso debe dar por resultado una conducción que se ponga a trabajar para lograr la unidad…. Aspiramos a conducir esa estrategia porque tenemos un proyecto sin aspiraciones de candidaturas públicas, porque quienes aspiran a ser candidatos no pueden estar al frente de una estrategia saneadora que busque la unidad”.

La diferencia de este encuadramiento es relevante y centrada en el eje del problema desvincula los dos frente electorales ya que mantiene que “es indispensable que el próximo presidente del Comité Central de la Unión Cívica Radical no tenga en mente ser candidato en el 2021, a diputado o senador nacional, ni en el 2023 a gobernador o a intendente”, lo que en su criterio  “profundiza las divisiones, porque unos lo apoyarían y otros jugarían en su contra” y los resultados de esas confrontaciones son reconocidos como nefastos. Habrá que ver si esta postura tiene éxito ahora que el diálogo se considera interrumpido y la unidad se aproxima a la entelequia.

Por Punilla

Volviendo a Punilla, el comunicado publicado lleva la firma de los máximos referentes departamentales, pero hay que manifestar que, al menos, algunos presentan un doble discurso, ya que, en privado, son sumamente críticos con los exponentes provinciales, llegando incluso a denostarlos y calificarlos con epítetos irreproducibles. Sin embargo, abogan por el consenso y unidad en el departamento. Habrá que esperar cuál será la reacción de los próximos días, cuando el proceso determine la existencia, o no, del acto electoral en ciernes.

Por La Falda     

En consonancia con lo anteriormente expresado, firman ese documento Javier Dieminger y Eduardo “Cacho” Arduh, pero la incógnita está abierta en lo que refiere a si habrá, o no, interna en este circuito, porque el ex Intendente Arduh manifestó hace ya más de un año su intención de presidir el comité local.

Consultado sobre el particular, Dieminger señaló que “es un tema en el que se viene trabajando, hay mucha gente que viene trabajado, desde hace mucho tiempo, en el partido y que quiere seguir estando. Ahora, hay un tema, Cacho ha dicho que quiere ser, hay otra persona que quiere serlo, entonces, la interna es legítima, pero nosotros estamos tratando de que no suceda, de que haya un consenso, un acuerdo. O sea, primero hay que preguntar por qué querés ese lugar, qué es lo que pretendes hacer desde ese lugar, qué es lo que propones… veamos lo que se propone, quién tiene más y mejor propuesta, cuál es la necesidad, y si la necesidad es loable, si es tan loable, también podría darse un paso al costado y dejar que asuma el otro y acompañarlo, no necesariamente debemos tener un cargo para trabajar, si lo que realmente queremos es hacerlo en beneficio de la política partidaria. Eso es lo que tiene que entender el radicalismo en todos los ámbitos, no solo en La Falda. Nosotros estamos trabajando con ese fin, para que suceda”. También, en otro pasaje de la entrevista, definió que “soy intendente de La Falda, la gente me ha elegido para eso, y no puedo permitir que lo partidario supere esto, entonces, me voy a dedicar a trabajar, a gestionar, por la ciudad y no inmiscuirme en una interna partidaria…”.

Requerido Arduh por si las intenciones manifestadas oportunamente se mantenían vigentes, respondió que “sí”, pero se negó a responder a otros interrogantes, interponiendo que “aún hay tiempo por delante, no creo oportuno dar definiciones en este momento, hay que esperar que las instancias se agoten”.

No obstante, desde el entorno que viene buscando acercar posiciones, trascendió que las posiciones se han mantenido firmes y que no parece fácil arribar a consensos. Habrá que ver si alguna interesada participación provincial resuelve las diferencias.

Cabe consignar, que la postulación del oficialismo partidario es la de Eduardo Ponte, la que sustentan es el reconocimiento a una labor permanente que junto a Luis Pacha ha venido desempeñando y que se ve traslucida en un manejo atinado de las relaciones en el  comité y en un esforzado reacondicionamiento de la Casa Radical que requeriría de su presencia hasta su finalización, la que estiman en alrededor de un año.

Conclusión

Donde hay dos radicales, hay una interna, es un antiguo axioma de ese partido, que para muchos es representativo de la democracia interna partidaria, por lo tanto no será sorpresa que finalmente se llegue a las urnas.

Lo que quedaría por preguntarse es si es el momento oportuno, y en ello se sustenta uno de los argumentos para evitarla, ya que la misma se desarrollaría en un contexto de pandemia y dicen se hará difícil convocar a los afiliados cuando se les pide que mantengan las medidas preventivas ante contagios que se manifiestan en crecimiento.

Pero, en lo concreto, lo que más se teme es que la movilización que requeriría sería al menos de 30 mil afiliados que representarían un 10% de los 300 mil que dice tener el radicalismo en la provincia, caso contrario, se comenzaría a hablar de un fracaso, cuando no, de un papelón. Ese número es clave, porque es la base desde la cual el radicalismo exigirá ser la columna vertebral de Juntos por el Cambio Córdoba, y en consecuencia priorizar el encabezado de las listas de senadores y diputados nacionales con sus candidatos.

Pero, como puede colegirse de lo antes enunciado, la unidad aún está lejos, lo que no es razón para que se dé hasta el 13 de marzo o después del acto electoral, por lo tanto cabe esperar. Obvio es, que será necesario que las heridas en los egos sean posibles de restañar, caso contrario, la historia los remitirá a pensar en los fracasos electorales que han sufrido en las últimas dos décadas.

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